lunes, 27 de abril de 2015

Equis: UN JOVEN DEPRAVADO



En la capital de la República, dentro del edificio blindado del Alto Estado maximal, los Mandos esperaban impacientes la llegada del Altísimo Señor de las Singularidades, Caudillo de todos los ejércitos complejos, disimulando su nerviosismo con conversaciones triviales en pequeños corros. El Coronel Plak Zeta, era el oficial de menor rango de la reunión, y estaba visiblemente incómodo entre aquella pléyade de generales estrellados. También era el más joven del grupo. Dispersaba su malestar observando con atención el plano del abierto de la República extendido sobre la gran mesa redonda del centro de la sala. Allí estaban todos los conexos señalados, sus capitales seudociviles, los acuartelamientos, las fábricas, los campos...
Se hizo un silencio sepulcral tras el choque fuerte y seco de los tacones metalizados del  oficial en la puerta de acceso, seguido de un breve traqueteo ensordecedor. Luego silencio absoluto.  
Tras el Señor de la Penumbra, todos se apiñaron entorno al mapa.

-          Por qué se ha detenido la producción de unidades complejas en Dirichlet? – sonó en tono amenazador-.
-          ...
Tomó la palabra un General alto y canoso, al mando del campo de transformaciones conformes de Möbius.
-          Sire, se han agotado las existencias de signos más. Sólo podemos fabricar conjugados, y los técnicos han alertado sobre el peligro de que las unidades no tengan su par en el semiplano positivo...
-          Tonterías!!! Quienes son esos técnicos, para detener el proceso!!! Pandilla de necios incompetentes!!! – gritó, dando largos pasos de un lado al otro de la sala, visiblemente contrariado, en tanto, nadie más se atrevía a levantar la mirada de la mesa-
-          ...
-          Nadie tiene una solución mejor? Por qué no preguntamos a  nuestros amigos los vectores n-dimensionales cuándo van a atacar y así nos quitamos de en medio para no molestar mientras nos invaden?
-          ...
El Coronel Plak carraspeó, tal vez de forma excesivamente impostada. Todos desviaron su atención hacia él.
-          Si su excelencia me permite...
-          Hable Coronel!
-          Si no me equivoco, es imposible conseguir signos positivos, ya que se encuentran implícitos en las razas inferiores...
-          Ahórrese los preámbulos!
-          ... Podemos conseguir unidades nuevas si permitimos el mestizaje entre las unidades imaginarias puras disponibles y los elementos cautivos en los campos...
-          Coronel!!! - espetó el General Resz Kepzeletbeli, al mando de los Servicios de Inteligencia y depuración racial- ¿Cómo se atreve a decir semejante obscenidad???
-          Silencio, General!... Continúe, Coronel!
-          Bueno... no hay mucho más que decir. En Diritchlet es posible fabricar los  conjugados necesarios. Sólo habría que mandarles la lista...
-          Póngalo todo en macha, Coronel! Enhorabuena! Es usted el General más joven de mi Ejército.

sábado, 25 de abril de 2015

Veinte MOD once: E.N.E.

Neumanstadt era una pequeña ciudad, atiborrada antes de la guerra de monumentos y edificios impregnados de polvo e historias milenarias. Gracias a la actividad del campo, la ciudad había prosperado, y sin recuperar su rancio esplendor de antaño se había convertido en una de las más prósperas de toda la República.
Pasear por sus calles a mediodía, era una diversión común para los afortunados ociosos. La breve señal luminosa pactada: punto, raya-punto, punto. Camuflada por el brillo de un día regalado por el astro rey, sólo una mirada atenta la había detectado. Su respuesta: entrar en el soportal inmediatamente a su derecha en el sentido de la marcha. Puerta entreabierta. Una larga escalera de escalones cortos desiguales, conducía a una estancia única sumida en la semipenumbra en el primer piso. Las ventanas cerradas, una lámpara de gas al mínimo, la única iluminación.
Tras una mesa una sombra, invitó al recién llegado a sentarse frente a ella.
- Conocemos bien los planes de Deddekind. Hay que darle a la Comandante lo que busca, si no queremos que el campo se convierta en el mayor cementerio de la zona...

La silueta pertrechada con un guante oscuro extendió sobre la mesa un sobre de plástico trasparente sellado. En su interior un sobre amarillo arrugado y garabateado en una esquina.
- Colócalo discretamente bajo el jergón de uno de los reclusos del barracón de funciones reales. Quita el plástico sin tocar el contenido, y deshazte de él después. Será suficiente con esto... Es todo.
Temeroso, el elegido por la señal E.N.E., guardó el sobre, se levantó lentamente y tomo la escalera para salir a la calle, dudando de si hacía lo correcto. Ya en el exterior recuperó la templanza perdida y tomó el camino de vuelta al campo. Cientos de ojos por doquier le seguían, pero de qué facción?

viernes, 24 de abril de 2015

Dos a la tres: EL MATAMOSCAS DE RIEMMAN




El Mariscal Drei Weniger Vier i, era conocido por los reclusos de todos los campos de confinamiento de la República como el Carnicero Progresivo, por su eficaz técnica de interrogatorios basada en la serie geométrica de razón dos. Se decía que en un campo, al norte, liquidó sucesivamente a doscientos cincuenta y cinco prisioneros, en el ejercicio de su cometido, hasta que el interrogado vomitó todo lo que quería oír, información trivial según contaban, que obraba en su poder desde hacía un tiempo.
Era de complexión menuda y aspecto abotargado, pero sorprendentemente ágil. En su mirada había un atisbo de pícara intención, mezclado con la serenidad que da la pérdida de la juventud, y la extraña sensación de que podía escudriñar todos los rincones del cerebro interlocutor con sólo fijar la atención en la retina del incauto.
Cuando sonó el intercomunicador personal contemplaba, cómodamente reclinado en el sillón de su escritorio, la lenta agonía de una mosca atrapada en un pequeña esfera de Riemman que él mismo había construido, con un par de cartas y un pequeño atlas inservible, para cazar insectos. Tras unos segundos absorto contestó:
-          Aló?
-          Viejo gordinflón! Preparado para la acción?
-          Por e elevado a pi, Exp! Cuánto tiempo!... Por supuesto que sí, siempre a tus órdenes.
-          He solicitado al Alto Mando que te destinen a Deddekind. Necesito tu ayuda para un trabajito.
-          Deddekind!!! Tu obra maestra! Magnífico! Cuándo debo estar ahí?
-          En cuanto te llegue el despacho! Tres o cuatro días, calculo.

Alumna aventajada en la Academia, función insustituible en el combate, en su flamante guerrera al menos la mitad de las condecoraciones estaban relacionadas con ella. Este iba a ser un trabajo sin duda agradable, al menos para él.

miércoles, 22 de abril de 2015

Cuarto número primo: TRES HORAS BAJO EL SOL Y UNA ETERNIDAD BAJO TIERRA


Tras un prolongado aullido que anegó todo el campo desde los altavoces de la torre central, la voz de un guardia sono atronadora: "Todos los elementos del campo deben recluirse en sus correspondientes naves, excepto los naturales de módulo dos, que permanecerán en el patio central formados".
Después de cosa de tres horas bajo un sol plomizo implacable, apareció la Comandante  secundada por el intérprete del centro. Habría unos trescientos números. Un dos de las primeras filas empezó lo que pareció una airada protesta hacia el trato que se les estaba dando. Ocho segundos después del inicio del discurso, cayó desplomado por el certero disparo de un guardia de la torre. Era terriblemente satisfactorio que las órdenes se observaran con tal pulcritud, si bien en aquella ocasión fue inevitable cierta desazón­: el desgraciado abatido, que ahora parecía, por la angulación de sus curvas debido al incipiente rigor cadavérico, más bien una zeta mayúscula mal orientada, o una ene, podría ser por infortunios del azar la base que andaba buscando. No daba igual, pero el fin justifica los medios. Y estos eran sus medios.
En un tono casi de susurro durante unos minutos se dirigió a Sifrr de soslayo con el gesto marcial hacia el frente, de espaldas al sol. Al cabo de los mismos, el traductor con voz firme bramó: "No debeis intranquilizaros! Somos una Gran Familia! Y en las familias unos se necesitan de los otros. Todos los naturales de módulo 2 quedaréis desde hoy y hasta nueva orden  recluidos en el viejo barracón abandonado de las funciones reales, y permaneceréis allí separados de toda actividad".
Silencio. Mientras la Comandante abandonaba el patio, una segunda inundación sónica desde la torre, hizo dispersarse a la multitud hacia el lugar indicado. Solo quedó la ene inerte.
El mensaje era absurdamente claro, y por la parquedad de las explicaciones, innecesaria la puesta en escena. Pero consiguió su objetivo: los doses empezaban a preguntarse desde la percepción de la precariedad de la vida, con recelo y miedo, ¿por qué? ¿para qué? ¿hasta cuándo? Capítulo tercero del manual básico del oficial para el control de masas.
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martes, 21 de abril de 2015

Equis al cuadrado igual a treinta y seis: LA AMBICIOSA FRAU COMMANDER



Era fácil clasificar a cualquiera según su actitud ante los problemas: los que se acomodaban acumulandolos sin resolver, hasta verse desbordados  por los acontecimientos (o no) y los que, inconformistas, los precipitaban por querer anticiparse a los mismos tratando de solucionarlos antes de que se presentaran, a pesar de que era absolutamente incierta su futura ocurrencia. La comandante de campo Exponencial de uno partido zeta, era del segundo tipo. Además los tiempos difíciles eran una buena oportunidad para ascender.
El campo que gobernaba funcionaba a la perfección. Asumida su condición, todo el mundo parecía razonablemente conforme con su estado presente, o al menos eso parecía. La Frau Commander disfrutaba con el símil, inundado de una macabra ironía teutónica, de una Gran Familia. Sí, el campo Dedekind era como una Gran Familia armónicamente avenida.
Sin embargo, desde que había llegado la circular delta.70.G, ordenando activar el estado de alerta tetha, ante la posibilidad de acciones terroristas, no podía parar de darle vueltas a su zeta: los jefazos andaban de como locos detrás de aquella pandilla de deslavazados códigos binarios, la única traza de resistencia violenta al nuevo orden establecido. Y en un conjunto de conjuntos tan amplio como era el que tenía bajo su mando, por fuerza debía haber alguna base dos que supiera del paradero de los códigos binarios. La tarea podía ser extenuante, pero si estaba allí, ella daría con la información. 
Siffr se perfilaba nuevamente como un valiosísimo comodín.

lunes, 20 de abril de 2015

Derivada de cinco equis: NUEVA ERA, VIEJOS TIEMPOS



El lado derecho de la fachada principal del cuartel general de la 3i división Acorazada de Imaginarios Puros de Moivre, se vino abajo instantáneamente tras la explosión. Algunos de los aterrorizados ocupantes,  abatidos por la onda expansiva, se levantaban aturdidos. En la calle, los viandantes supervivientes, a cierta distancia, hacían lo propio. A quince metros de la pared, todos muertos, aplastados por los escombros, o abrasados por la misma deflagración.
El parte oficial del incidente resultaba revelador: nueve bajas civiles, tres de ellas niños; entre el personal militar, algunas contusiones y heridas menores, pero ninguna baja; el autor, un joven código binario, de al menos cinco dígitos (los dos unos y tres ceros que se encontraron dispersos entra las ruinas), no pudo ser identificado con certeza, si bien pudiera tratarse de alguna de las cuatro permutaciones posibles del segundo uno sobre las cuatro últimas posiciones.
Del análisis de los restos se pudo inferir que el incauto código llevaba consigo un potente hiperplano de corte del tipo de los viejos planos de Gomory. El detonador de fabricación casera que debería haberle dado margen de tiempo suficiente para garantizar la huida, debió fallar, provocando la explosión en el mismo momento de la colocación del artefacto, al pie del muro.    
Cambian los verdugos a un lado y al otro, pero nunca cambian las victimas. Vivíamos y  moríamos en el despertar de una Nueva Era, pero de la misma lamentable forma que en los viejos tiempos.

domingo, 19 de abril de 2015

Menos ocho medios: DÍA DE VERANO




Más de un mes recluido, sin luz, aislado de cualquier operación. Iznani había quedado sumido en una nebulosa que parecía eterna, como si la resaca de su último exceso no tuviera fin. Sin explicación alguna, un cuaternión menudo, insólitamente pequeño para su multidimensionalidad, pero al menos tres veces mayor que él, le sacó de aquél agujero infecto, en los sótanos de una antigua Dirección General de Ecuaciones Homogéneas. De una patada fue propulsado al pasillo exterior, gobernado por una escasa luz amarillenta, que en ocasiones parpadeaba. No fue suficiente para acostumbrarse, y cuando lo sacaron del edificio, la luz del verano agonizante fue como un dolor sobreagudo en la antesala de su cerebro. Tras el sufrimiento inicial, una luz nueva, inédita, inundaba un paisaje devastado. Y empezó a experimentar una profunda calma, apenas interrumpida por el lagrimeo constante, mientra un transporte militar le llevaba al magnífico campo que se había levantado allí donde antaño hubo una centenaria corte real. Al principio pensó que le habían llevado a uno de aquellos frenéticos centros de cálculo operativo y desarrollos aproximados, tal era la concentración numérica en aquel amplio espacio. Sin embargo una formidable torre central atiborrada de vigilantes guardias armados denunciaba la naturaleza del lugar. Un cartel escrito a  mano en un cartón clavado sobre una estaca hacía las veces de comité de recepción. BIENVENIDOS A DEDEKIND rezaba con gruesos trazos rojos irregulares y temblorosos. A unos cientos de metros el acceso prncipal, rotulado en lo alto por un texto similar.