lunes, 20 de abril de 2015

Derivada de cinco equis: NUEVA ERA, VIEJOS TIEMPOS



El lado derecho de la fachada principal del cuartel general de la 3i división Acorazada de Imaginarios Puros de Moivre, se vino abajo instantáneamente tras la explosión. Algunos de los aterrorizados ocupantes,  abatidos por la onda expansiva, se levantaban aturdidos. En la calle, los viandantes supervivientes, a cierta distancia, hacían lo propio. A quince metros de la pared, todos muertos, aplastados por los escombros, o abrasados por la misma deflagración.
El parte oficial del incidente resultaba revelador: nueve bajas civiles, tres de ellas niños; entre el personal militar, algunas contusiones y heridas menores, pero ninguna baja; el autor, un joven código binario, de al menos cinco dígitos (los dos unos y tres ceros que se encontraron dispersos entra las ruinas), no pudo ser identificado con certeza, si bien pudiera tratarse de alguna de las cuatro permutaciones posibles del segundo uno sobre las cuatro últimas posiciones.
Del análisis de los restos se pudo inferir que el incauto código llevaba consigo un potente hiperplano de corte del tipo de los viejos planos de Gomory. El detonador de fabricación casera que debería haberle dado margen de tiempo suficiente para garantizar la huida, debió fallar, provocando la explosión en el mismo momento de la colocación del artefacto, al pie del muro.    
Cambian los verdugos a un lado y al otro, pero nunca cambian las victimas. Vivíamos y  moríamos en el despertar de una Nueva Era, pero de la misma lamentable forma que en los viejos tiempos.

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